Parroquia de San Martín Obispo, 28511 Valdilecha, Madrid Situación en el MAPA

sábado, 25 de diciembre de 2010

Adviento 2010



 Texto y fotografías de:

Francisco Miguel Gallego Ochoa





  Con este artículo queremos hacer un repaso por las celebraciones más significativas de nuestra parroquia durante este tiempo del Adviento, que estamos a punto de clausurar.
El domingo 28 de noviembre iniciábamos la andadura del un nuevo año litúrgico, coincidiendo con el inicio del Adviento. En este domingo bendijimos la corona que nos ha acompañado durante nuestro recorrido hasta ha fiesta de la Navidad.
Uno de los momentos más significativos de nuestro camino ha sido la celebración de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. En este año 2010 se cumplían 250 años desde que fuera proclamada Patrona del Reino de España. Esta fiesta grande de María estuvo precedida por una hermosa Vigilia de oración en la noche del día 7 de diciembre. Nuestra comunidad elevo al Señor sus plegarias de la mano de María con el rezo del Santo Rosario. Desde el año pasado queremos vincular esta celebración a los que en fechas anteriores recibieron el Sacramento de la Confirmación.
A las 12:00h del miércoles 8 de diciembre celebramos la Santa Misa de la solemnidad de la Purísima.
El tercer domingo de Adviento es conocido en la tradición litúrgica de la Iglesia como el domingo “Gaudete”.  En comunión con el Santo Padre, nuestro párroco bendijo los Niños Jesús que los niños habían traído en la misa de las 12:30h.
Sin duda, otro de los momentos que conviene resaltar es la jornada de “Sembradores de Estrellas” que tenía lugar el sábado 18 de diciembre. La jornada comenzó a las 12:00h. Desde la Iglesia Parroquial fuimos llevando la alegre y esperanzadora noticia del nacimiento del Señor por las calles de nuestro pueblo. Nos acercamos a las casas de algunos ancianos o enfermos que no pueden salir de sus hogares, para llevarles el consuelo de nuestra presencia y la fuerza de nuestra oración. Tras cantar una coplilla dirigida a cada uno en particular, nuestro párroco les bendecía y animaba a besar la imagen del Niño Jesús. Después al unísono, todos los presentes les deseábamos: ¡Feliz Navidad!



Al terminar el recorrido tuvimos la comida en el salón parroquial, juegos y  también pudimos ver  la película Avatar.
Terminamos nuestro repaso diciendo que en el cuarto domingo de Adviento tuvimos al finalizar la misa de las 12:30h la bendición del Belén que ha sido colocado en el baptisterio de nuestra parroquia. Al término de la misma, a los presentes se les entregó una hoja con la  bendición de la cena de Navidad y del Belén de sus casas. Que colgamos en nuestro sitio web para vuestra utilidad. Desde aquí queremos agradecer a los que han colaborado en la puesta del Nacimiento; que Dios, nuestro Señor, les premie su disponibilidad.

jueves, 16 de diciembre de 2010

EL ÁRBOL DE LA VIDA, EL AMOR Y LA PAZ

Articulo original

“En las próximas semanas el árbol de Navidad será motivo de alegría […] Su forma en punta, su color verde y las luces de sus ramas son símbolos de vida. Además, nos remiten al misterio de la Nochebuena. Cristo, el Hijo de Dios, trae al mundo oscuro, frío y no redimido, al que viene a nacer, una nueva esperanza y un nuevo esplendor. Si el hombre se deja tocar e iluminar por el esplendor de la verdad viva que es Cristo, experimentará una paz interior en su corazón y será constructor de paz en una sociedad que tiene mucha nostalgia de reconciliación y redención” (Benedicto XVI, Audiencia, 12 de diciembre de 2008).

EL ÁRBOL DE LA VIDA, EL AMOR Y LA PAZ
Árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro
Árbol de Navidad en la Plaza de San Pedro
Muchas de las leyendas y antiguas tradiciones que hacen referencia al árbol de Navidad se remontan a tiempos muy antiguos, pero la documentación histórica acerca del árbol tal y como lo conocemos y decoramos hoy en día, sólo apareció en los últimos siglos.
No hay duda, sin embargo, que estas leyendas y tradiciones muestran la convergencia de muchas costumbres, algunas de ellas nacidas fuera de la cultura cristiana y otras de origen estrictamente cristiano.
Vamos a considerar aquí algunas que podrían ser precursoras del árbol de Navidad.

ORIGEN HISTÓRICO
Desde tiempos muy antiguos, los pueblos primitivos introducían en sus chozas las plantas de hojas perennes y flores, viendo en ellas un significado mágico o religioso.
Los griegos y los romanos decoraban sus casas con hiedra. Los celtas y los escandinavos preferían el muérdago y muchas otras plantas de hoja perenne (como el acebo, el rusco, el laurel y las ramas de pino o de abeto) pues pensaban que tenían poderes mágicos o medicinales para las enfermedades.
En la cultura de los celtas, el árbol era considerado un elemento sagrado. Se sabe de árboles adornados y venerados por los druidas de centro-Europa, cuyas creencias giraban en torno a la sacralización de diversos elementos y fuerzas de la naturaleza.
Se celebraba el cumpleaños de Frey (dios del Sol y la fertilidad) adornando un árbol perenne, cerca de la fecha de la Navidad cristiana. El árbol tenía el nombre de Divino Idrasil (Árbol del Universo): en cuya copa se hallaba el cielo, Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín), mientras que en las raíces profundas se encontraba el Helheim (reino de los muertos).
Cuando se evangelizó el centro y norte de Europa, los primeros cristianos de esos pueblos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo, cambiando su significado pagano.


SAN BONIFACIO, OBISPO DEL SIGLO VIII
San Bonifacio cortando el roble de Odín
San Bonifacio cortando el roble de Odín
Una interesante tradición -en parte historia, en parte leyenda-, popular en Alemania, afirma que el árbol de Navidad se remonta al siglo VIII.
San Bonifacio (675-754) era un obispo inglés que marchó a la Germania en el siglo VIII (concretamente a Hesse), para predicar la fe cristiana.
Después de un duro período de predicación del Evangelio, aparentemente con cierto éxito, Bonifacio fue a Roma para entrevistarse con el papa Gregorio II (715-731).
A su regreso a Alemania, en la Navidad del año 723, se sintió profundamente dolido al comprobar que los alemanes habían vuelto a su antigua idolatría y se preparaban para celebrar el solsticio de invierno sacrificando a un hombre joven en el sagrado roble de Odín.
Encendido por una ira santa, como Moisés ante el becerro de oro, el obispo Bonifacio tomó un hacha y se atrevió a cortar el roble sagrado. Hasta aquí lo que está documentado históricamente.
El resto pertenece a la leyenda que cuenta cómo, en el primer golpe del hacha, una fuerte ráfaga de viento derribó al instante el árbol. El pueblo sorprendido, reconoció con temor la mano de Dios en este evento y preguntó humildemente a Bonifacio cómo debían celebrar la Navidad.
El Obispo, continúa la leyenda, se fijó en un pequeño abeto que milagrosamente había permanecido intacto junto a los restos y ramas rotas del roble caído. Lo vio como símbolo perenne del amor perenne de Dios, y lo adornó con manzanas (que simbolizaban las tentaciones) y velas (que representaban la luz de Cristo que viene a iluminar el mundo).
Como estaba familiarizado con la costumbre popular de meter en las casas una planta de hoja perenne en invierno, pidió a todos que llevaran a casa un abeto. Este árbol representa la paz, y por permanecer verde simboliza también la inmortalidad; con su cima apuntando hacia arriba, se indica, además, el cielo, la morada de Dios.


OBRAS TEATRALES RELIGIOSAS MEDIEVALES
Árbol de Navidad
Árbol de Navidad
También ofrecen pistas importante sobre el origen del árbol de Navidad, tal como lo conocemos, las obras de teatro medievales que representaban los misterios y pasajes de la Biblia.
En concreto el árbol del Bien y del Mal en el Paraíso Terrenal. Su propósito era enseñar la religión a los feligreses, que en su mayoría eran analfabetos.
Para difundir y mantener viva la fe y dar a conocer las Sagradas Escrituras, la predicación era esencial, pero no suficiente.
Se pensó que las obras teatrales completaran esa predicación y pronto se hicieron populares en toda Europa.
En la Nochebuena, el 24 de diciembre, se representaba -con grandísimo éxito popular- el episodio del pecado original de Adán y Eva. El árbol del Paraíso terrenal era el centro del escenario.
El árbol debería haber sido un manzano, pero no habría sido adecuado en invierno. Se ponía un abeto en el escenario con algunas manzanas en sus ramas, y obleas preparadas con galletas trituradas en moldes especiales, así como dulces y regalos para los niños. Incluso cuando se abandonaron estas obras teatrales religiosas, el árbol del Paraíso siguió estando asociado a la Navidad.
 
LOS ORÍGENES MÁS RECIENTES DEL ÁRBOL DE NAVIDAD
La opinión más generalizada entre los expertos es que el árbol de Navidad, tal como lo conocemos hoy, decorado e iluminado con luces, deriva de este árbol del Paraíso. Como su lugar de nacimiento se sugiere la orilla izquierda del Rhin, y concretamente la Alsacia.
Uno de los primeros testimonios de esto son los registros de la ciudad de Schlettstadt (1521), en los que fue establecida una especial protección para los bosques en los días previos a la Navidad; los guardabosques eran los responsables de castigar a cualquiera que cortara un árbol para decorar su casa .
Otro documento nos informa de que, en Estrasburgo, la capital de Alsacia, los abetos se vendían en el mercado, para llevar a casa y decorarlos. De Alsacia, la tradición de los árboles de Navidad se propaga a toda Alemania y al conjunto de Europa, y pronto, al resto del mundo cristiano.
 
ASPECTOS SIMBÓLICOS DEL ÁRBOL
Árbol de Navidad
Árbol de Navidad
Los árboles han tenido a lo largo de la historia un significado muy especial: en todas las culturas poseen aspectos simbólicos de carácter antropológico, místico o poético.
La idea extendida de los aspectos benéficos de los árboles para el hombre ha dado lugar a distintas leyendas y lo ha relacionado con sentidos mágicos y rituales.
En varias culturas el árbol representa el medio y la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hacia el cielo; por ello en ciertas religiones, sobre todo orientales, el árbol es signo de encuentro con lo sagrado, punto de encuentro entre el ser humano y la divinidad.
Otros significados ampliamente extendidos sobre los atributos mágicos del árbol concernían a la fecundidad, al crecimiento, a la sabiduría y a la longevidad.
 
SENTIDO CRISTIANO
El árbol de Navidad recuerda, como hemos visto, al árbol del Paraíso de cuyos frutos comieron Adán y Eva, y de donde vino el pecado original; y por lo tanto recuerda a Jesucristo que ha venido a ser el Mesías prometido para la reconciliación. Pero también representa el árbol de la Vida o la vida eterna, por ser de hoja perenne.
En palabras de Juan Pablo II: “En invierno, el abeto siempre verde se convierte en signo de la vida que no muere […] El mensaje del árbol de Navidad es, por tanto, que la vida es ‘siempre verde’ si se hace don, no tanto de cosas materiales, sino de sí mismo: en la amistad y en el afecto sincero, en la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca” (Juan Pablo II, Audiencia, 19 de diciembre de 2004).
La forma triangular del árbol (por ser generalmente una conífera), simboliza a la Santísima Trinidad. A las oraciones que se realizan durante el Adviento se les atribuye por un color determinado, y cada uno simboliza un tipo:
Árbol de Navidad con los tradicionales adornos
Árbol de Navidad con los tradicionales adornos
• El azul, para las oraciones de reconciliación.
• El plateado, para las de agradecimiento.
• El dorado, para las de alabanza.
• El rojo, para las de petición.
• Estos colores, junto con el verde del árbol mismo, tal vez sean los más tradicionales para los adornos navideños.
El árbol de Navidad y los regalos propios de estas fechas, son un modo de recordar que del árbol de la Cruz proceden todos los bienes…
Por eso tiene un sentido cristiano la tradición de poner bajo el árbol los regalos de Navidad para los niños:
“Generalmente, en el árbol decorado y a sus pies se colocan los regalos de Navidad. El símbolo se hace elocuente también desde el punto de vista típicamente cristiano: recuerda al ‘árbol de la vida’ (Cf. Génesis 2, 9), representación de Cristo, supremo don de Dios a la humanidad” (Juan Pablo II, Ídem).
 
LOS ADORNOS NAVIDEÑOS
Los adornos más tradicionales del árbol de Navidad son:
Estrella: colocada generalmente en la punta del árbol, representa la fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando a la estrella que guió a los Magos hasta Belén.
Bolas: en un principio San Bonifacio adornó el árbol con manzanas, representando con ellas las tentaciones. Hoy día, se acostumbra a colocar bolas o esferas, que simbolizan los dones de Dios a los hombres.
Lazos: Tradicionalmente los lazos representan la unión de las familias y personas queridas alrededor de dones que se desea dar y recibir.
Luces: en un principio velas, representan la luz de Cristo.
Como nos dice Benedicto XVI “al encender las luces del Nacimiento y del árbol de Navidad en nuestras casas, ¡que nuestro ánimo se abra a la verdadera luz espiritual traída a todos los hombres y mujeres de buena voluntad! … Frente a una cultura consumista que tiende a ignorar los símbolos cristianos de las fiestas navideñas, preparémonos para celebrar con alegría el nacimiento del Salvador, transmitiendo a las nuevas generaciones los valores de las tradiciones que forman parte del patrimonio de nuestra fe y cultura”. (Benedicto XVI, 21 de diciembre de 2005)

viernes, 26 de noviembre de 2010

El Adviento: ¿cómo y cuando empieza a vivirse?

Articulo original

TIEMPO LITÚRGICO QUE PREPARA LA NAVIDAD
Expectación penitente, piadosa y alegre
 
 
La venida del Hijo de Dios a la Tierra es un acontecimiento tan inmenso que Dios quiso prepararlo durante siglos (…).
Al celebrar anualmente la liturgia del Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida.
(Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 522 y 524)
 
 
Con el tiempo de Adviento, la Iglesia romana da comienzo al nuevo año litúrgico. El tiempo de Adviento gravita en torno a la celebración del misterio de la Natividad de nuestro Señor Jesucristo.
 
A PARTIR DEL SIGLO IV

   
   
El origen y significado del Adviento es un tanto oscuro; en cualquier caso, el término adventus era ya conocido en la literatura cristiana de los primeros siglos de la vida de la Iglesia, y probablemente se acuñó a partir de su uso en la lengua latina clásica.
La traducción latina Vulgata de la Sagrada Escritura (durante el siglo IV) designó con el término adventus la venida del Hijo de Dios al mundo, en su doble dimensión de advenimiento en la carne –encarnación- y advenimiento glorioso –parusía-.
La tensión entre uno y otro significado se encuentra a lo largo de toda la historia del tiempo litúrgico del Adviento, si bien el sentido de “venida” cambió a “momento de preparación para la venida”.
Quizá la misma amplitud de las realidades contenidas en el término dificultaba la organización de un tiempo determinado en el que apareciera la riqueza de su mensaje. De hecho, el ciclo de adviento fue uno de los últimos elementos que entraron a formar parte del conjunto del año litúrgico (siglo V).

Parece ser que desde fines del siglo IV y durante el siglo V, cuando las fiestas de Navidad y Epifanía iban cobrando una importancia cada vez mayor, en las iglesias de Hispania y de las Galias particularmente, se empezaba a sentir el deseo de consagrar unos días a la preparación de esas celebraciones.
Dejando de lado un texto ambiguo atribuido a San Hilario de Poitiers, la primera mención de la puesta en práctica de ese deseo la encontramos en el canon 4 del Concilio de Zaragoza del año 380: "Durante veintiún días, a partir de las XVI calendas de enero (17 de diciembre), no está permitido a nadie ausentarse de la iglesia, sino que debe acudir a ella cotidianamente" (H. Bruns, Canones Apostolorum et Conciliorum II, Berlín, 1893, 13-14). La frecuencia al culto durante los días que corresponden, en parte, a nuestro tiempo de adviento actual, se prescribe, pues, de una forma imprecisa.
 
UN TIEMPO DE PENITENCIA

   
   
Más tarde, los concilios de Tours (año 563) y de Macon (año 581) nos hablarán, ya concretamente, de unas observancias existentes “desde antiguo” para antes de Navidad. En efecto, casi a un siglo de distancia, San Gregorio de Tours (fallecido en el año 490) nos da testimonio de las mismas con una simple referencia.  Leemos en el canon 17 del Concilio de Tours que los monjes "deben ayunar durante el mes de diciembre, hasta Navidad, todos los días".
El canon 9 del Concilio de Macon ordena a los clérigos, y probablemente también a todos los fieles, que "ayunen tres días por semana: el lunes, el miércoles y el viernes, desde San Martín hasta Navidad, y que celebren en esos días el Oficio Divino como se hace en Cuaresma" (Mansi, IX, 796 y 933).  Aunque la interpretación histórica de estos textos es difícil, parece según ellos que en sus orígenes el tiempo de adviento se introdujo tomando un carácter penitencial, ascético, con una participación más asidua al culto.
Sin embargo, las primeras noticias  a cerca de la celebración del tiempo litúrgico del Adviento, se encuentran a mediados del siglo VI, en la iglesia de Roma.
Según parece, este Adviento romano comprendía al principio seis semanas, aunque muy pronto -durante el pontificado de Gregorio Magno (590-604)-  se redujo a las cuatro actuales.
 
UNA DOBLE ESPERA
El significado teológico original del Adviento se ha prestado a distintas interpretaciones. Algunos autores consideran que, bajo el influjo de la predicación de Pedro Crisólogo (siglo V), la liturgia de Adviento preparaba para la celebración litúrgica anual del nacimiento de Cristo y sólo más tarde –a partir de la consideración de consumación perfecta en su segunda venida- su significado se desdoblaría hasta incluir también la espera gozosa de la Parusía del Señor.
No faltan, sin embargo, partidarios de la tesis contraria: el Adviento habría comenzado como un tiempo dirigido hacia la Parusía, esto es, el día en que el Redentor coronará definitivamente su obra. En cualquier caso, la superposición ha llegado a ser tan íntima que resulta difícil atribuir uno u otro aspecto a las lecturas escriturísticas o a los textos eucológicos de este tiempo litúrgico.
El Calendario Romano actualmente en vigor conserva la doble dimensión teológica que constituye al Adviento en un tiempo de esperanza gozosa: "el tiempo de Adviento tiene una doble índole: es el tiempo de preparación para las solemnidades de Navidad, en las que se conmemora la primera venida del Hijo de Dios a los hombres, y es a la vez el tiempo en el que por este recuerdo se dirigen las mentes hacia la expectación de la segunda venida de Cristo al fin de los tiempos. Por estas dos razones el Adviento se nos manifiesta como tiempo de una expectación piadosa y alegre" (Calendario Romano, Normas universales sobre el año litúrgico y sobre el calendario, 39). 

jueves, 25 de noviembre de 2010

Presentado el Informe sobre Libertad Religiosa 2010 de "Ayuda a la Iglesia Necesitada"

Articulo original

“En nuestro tiempo, el precio que hay que pagar por la fidelidad al Evangelio ya no es ser ahorcado, descoyuntado y descuartizado, sino que frecuentemente implica ser excluido, ridiculizado y objeto de burla”.
 
(Benedicto XVI)
 
MADRID, martes 23 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).-
El Informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2010, que presenta cada dos años la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), revela que el número de cristianos perseguidos en el globo es de doscientos millones, y el de discriminados por su religión, ciento cincuenta millones.
El informe de AIN indica que en Europa, los católicos no son perseguidos aunque son objeto de mofa y burla. La versión española de la organización católica internacional fue presentada este martes en Madrid.
 
EN EUROPA SE RIDICULIZA A LA IGLESIA

Desde el anterior informe, la situación no ha mejorado, según esta organización que presta ayuda a cristianos de todo el mundo, en proyectos de apoyo a Iglesias locales, tales como becas para sacerdotes, apoyo a la construcción de iglesias, traducción de libros, etc.
Indica AIN que la tendencia creciente a la persecución y discriminación por la religión que se profesa se debe tanto a la radicalización del mundo islámico, como a la ‘cristianofobia’, y a la facilidad con que se ridiculica a Iglesia en algunos países desarrollados.
En la presentación del informe, Javier Menéndez Ros, director de AIN en España, y el misionero salesiano en Pakistán Miguel Ángel Ruiz, citaron lo que dijo Benedicto XVI en la víspera de la beatificación de John Newman: “En nuestro tiempo, el precio que hay que pagar por la fidelidad al Evangelio ya no es ser ahorcado, descoyuntado y descuartizado, sino que frecuentemente implica ser excluido, ridiculizado y objeto de burla”.

 
 
LOS PEORES: ARABIA, BANGLADESH, EGIPTO, INDIA Y CHINA

La fe cristiana es la más extendida y también la más perseguida. Según explicó Javier Menéndez, el número total es similar al del informe de hace dos años, aunque los investigadores y expertos que participaron en el de este año aseguran que la situación para los cristianos ha empeorado.
El informe analiza 194 países, con problemas en unos noventa, entre ellos varios de los más poblados del mundo: China, India, Indonesia, Rusia y Pakistán. El empeoramiento de la situación, según subrayó Menéndez, se debe especialmente a una mayor radicalización en el ámbito musulmán, con mayor fanatismo, intolerancia y vejaciones a practicantes de otras religiones.
Los países donde mayores violaciones a la libertad religiosa se producen son Arabia Saudita, Bangladesh, Egipto, India, China, Uzbekistán, Eritrea, Nigeria, Vietnam, Yemen y Corea del Norte.
Menéndez subrayó que “donde no existe la libertad religiosa no existe la libertad democrática”, y recalcó “la obligación de cualquier ser humano de respetar el derecho al culto, a evangelizar y a vivir de acuerdo con su fe”. En Egipto, vige una ley de libertad religiosa pero los cristianos sufren todo tipo de  discriminaciones y ataques, permitidos, según AIN, por el gobierno de Hosni Mubarak.
 
EL CASO DE PAKISTÁN
El misionero salesiano Miguel Ángel Ruiz describió la situación en Pakistán. Manifestó que el terrorismo islámico no afecta sólo a los cristianos, sino a “todos los que no piensan como los fundamentalistas”. “Si el terrorismo se centrase sólo en los cristianos, lo pasaríamos mucho peor que ahora”, afirmó.
Por su experiencia en el trato con musulmanes, el misionero subrayó que “hay que poner límites muy claros siempre que se trabaja con el islam”.
También llamó la atención sobre la desobediencia civil pacífica. Cuando el Estado paquistaní trató de aprobar leyes injustas o discriminatorias, como la que pretendía incluir en el carné de identidad la religión, los cristianos salieron a la calle para bloquearla, y lo consiguieron. “Somos pocos, pero sabemos hacer ruido”, afirmó.
El padre Ruiz indicó que si la persecución no es mayor se debe a que los medios de comunicación prestan mucha atención a los ataques a los cristianos.
En su opinión, tanto Estados Unidos como Europa han fallado mucho: “Si Europa y particularmente España no despiertan, mal vamos”, dijo. Y recomendó que los europeos den el siguiente mensaje a los inmigrantes de otras religiones y culturas: Ustedes son bienvenidos aquí, pero respeténnos”.
El misionero --que dirige un centro de formación profesional para jóvenes en Lahore--, reconoció que ha descubierto “una fe profunda” entre los cristianos paquistaníes, ya que “al final del día, uno se pregunta por qué esta gente no se hace musulmana para evitar una vida de presión y discriminación”.
Pilar Gutiérrez, presidenta de AIN en España, insistió en que los misioneros con que  tiene contacto esta organización les piden --aparte de dinero y apoyo--, oraciones por sus feligreses y por ellos mismos.
El Informe sobre Libertad Religiosa en el Mundo 2010 de AIN está disponible en Red: http://www.libertadreligiosaenelmundo.com/.

sábado, 20 de noviembre de 2010

El soldado que rasgó su capa para defender a un pobre del frío



El Papa presenta a jóvenes y enfermos el ejemplo de san Martín DE TOURS

  San Martín de Tours  
  San Martín de Tours









CIUDAD DEL VATICANO,
miércoles 12 noviembre 2008 (ZENIT.org).


En la audiencia general de este miércoles Benedicto XVI presentó a los jóvenes, enfermos y recién casados el ejemplo de san Martín de Tours, cuya fiesta fue celebrada este martes por la Iglesia.
San Martín, nacido en Panonia (hoy Hungría), hijo de un oficial del ejército romano. Siendo muy joven, él mismo se unió a la caballería imperial, prestando servicio en Galia, motivo por el cual es también considerado como patrono de los soldados.
En esa época tuvo lugar el famoso episodio con el que los artistas recuerdan al soldado Martín, quien cuando cabalgaba a caballo, rasgó con su espada su capa militar para ofrecérsela a un mendigo aterido por el frío.
 
 
San Martín de Tours parte su túnica (El Greco) Tras dejar el ejército en el año 356, se retiró a Ligugé, en la región de Poitiers, donde con un grupo de discípulos fundó un monasterio, que pronto se haría famoso en toda Galia. Elegido obispo de Tours, en el año 371, difundió del cristianismo en toda la Galia occidental.
Martín fue uno de los santos más populares de Europa occidental. Miles de parroquias y pueblos tomaron su nombre. En Francia hay al menos 4.000 iglesias dedicadas al santo.
"Que sea para vosotros, queridos jóvenes, empuje para una fidelidad evangélica cada vez más generosa", dijo el Papa al final de la audiencia general al despedirse de los 15 mil peregrinos presentes en la plaza de San Pedro.
"Que sea para vosotros, queridos enfermos, aliento para confiar en el Señor que nunca abandona a sus hijos en el momento de la prueba", añadió.
Por último, dirigiéndose a los recién casados, les deseó que el santo sea "estímulo para respetar y servir con valentía la vida humana, que es un don de Dios".

jueves, 18 de noviembre de 2010

Festividad de San Martin 2010


 El triduo, como indica su nombre, se celebró los tres días anteriores a la gran fiesta de San Martín de Tours, a quien está dedicada nuestra hermosa iglesia de Valdilecha. Con el rezo de vísperas, la comunidad se preparó para la celebración que estuvo presidida por Don David Calahorra, el nuevo Rector del Seminario Menor de Alcalá de Henares, con la concelebración de nuestro Párroco, Don Fermín y la asistencia de Don Fernando, diácono de la localidad.
La Misa solemne contó con una multitudinaria asistencia que atendió con agrado las palabras del Celebrante, quien en su homilía hizo un repaso por aspectos destacados de la vida del Santo, para centrarse en su condición de “joya de los sacerdotes”, y pidió para que Valdilecha sea bendecida con vocaciones a imagen del gran obispo.
Una ya tradicional procesión sacó la imagen ecuestre de San Martín del templo parroquial y la llevó por las calles en las que numerosos balcones se engalanaban con banderas e imágenes.
La emotiva veneración popular a la reliquia milenaria ponía fin a la fiesta, con la esperanza de que este bienaventurado siga guiando los pasos de sus fieles valdilecheros.

Francisco Miguel Gallego Ochoa



 





jueves, 11 de noviembre de 2010

Desde aqui nuestro agradecimiento.


Somos todos afortunados por vivir en un pueblo como este, ademas, tenemos la fortuna de contar con una comunidad cristiana que se compromete con sus semejantes y con la Fe de la Iglesia.
Hace unos meses, nos encaminamos en esta nueva aventura, una aventura de esperanza en un nuevo mundo que no es otro que el digital.
La Iglesia Católica, es antigua en edad, pero no lo es en esencia, pues las enseñanzas de Cristo, son intemporales, aplicables a cualquier época, y lugar; en todos los años que han pasado desde que Jesucristo fue hombre, sus enseñanzas han ido pasando de generación en generación, pero no siempre fue de la misma forma. En un principio, la palabra era valga la redundancia "PALABRA" que se transmitía oralmente, por los propios Apóstoles; después la palabra fue escrita, en antiguas lenguas, y muy diferentes soportes, como papiros cuero, tablas o tela. Según el mundo avanzaba, la forma de hacer llegar la Fe al mundo también fue avanzando, y algún tiempo después, llegaron los libros, y con el el libro mas importante, La Sagrada Biblia y con el el testimonio de los Apóstoles.
Por aquel entonces nuestra Biblia se escribía en latín, pero eso también cambio, y en la actualidad se escribe casi en cualquier idioma que exista sobre la tierra. El mundo siguió cambiando, y la Iglesia y sus fieles siguieron adaptando a el su mensaje aprovechando las nuevas tecnologías para llegar a todo aquel que quiera escuchar.
Por este motivo, Empezando por la Santa Sede, y cada vez con mas parroquias, la Iglesia se va introduciendo dentro del tejido de las nuevas tecnologías, para de esta forma llegar a la mayor cantidad posible de personas, para de esta forma poder evangelizar el mundo como cristo nos pidió.

Desde nuestra parroquia, trabajamos sin descanso, para extender la palabra de Dios, y por eso se inicio este nuevo camino, que nos ha dado en el día de hoy, una satisfacción, pues ya son 1.000 personas, las que se han acercado a visitar nuestro humilde sitio, puede que parezcan pocas, pero al menos para mi, son muy importantes, pues son mil mas de las que había hace dos meses.
Solo puedo agradecer la oportunidad que se me ha dado de contribuir en esta obra, obra que para mi es importante y buena, y que no pretende mas que acercar a todos la Fe cristiana.

Muchas gracias a todos 


martes, 9 de noviembre de 2010

El Sacramento de la Confirmación, Una escalera al cielo.


El día de Pentecostés  los apóstoles y discípulos se encontraban reunidos junto a la Virgen. Estaban temerosos, no entendían lo que había pasado, creyendo que todo había sido en balde; se encontraban tristes. De repente, descendió el Espíritu Santo sobre ellos; quedaron transformados, y a partir de ese momento entendieron todo lo que había sucedido, dejaron de tener miedo, se lanzaron a predicar y a bautizar. La Confirmación es “nuestro Pentecostés personal”. El Espíritu Santo está actuando continuamente sobre la Iglesia de modos muy diversos. La Confirmación, al descender el Espíritu Santo sobre nosotros, es una de las formas en que Él se hace presente al pueblo de Dios.
Por tanto podemos afirmar, que la Confirmación, es un escalón mas en la escalera que  nos lleva  a la salvación; un paso mas  en nuestro camino hacia Dios, y también una  afirmación en nuestra conciencia humana, que nos hará mejores personas, dignas de nuestra fe.

El pasado domingo, pudimos todos ser testigos de la confirmación de algunos de nuestros vecinos, y es este, motivo de alegría para todos, pues compartimos con ellos el gozo de ese momento especial, en que reciben el Espíritu Santo.

sábado, 30 de octubre de 2010

Peregrinaje a Caravaca de la Cruz



El pasado fin de semana algunos miembros de nuestra parroquia, peregrinaron a uno de los lugares jubilares de España: Caravaca  de la Cruz. Fue el Papa Juan Pablo II quien en el año 1998 concedió a perpetuidad la indulgencia jubilar a este emblemático lugar, que custodia desde muy antiguo una reliquia de la Cruz del Señor: la Vera Cruz.
Emprendimos el viaje en las primeras horas del viernes día 22, tras el viaje llegamos a la primera parada: el Santuario de Santa María de la Esperanza en Calasparra. Allí celebramos la Eucaristía, y tras ésta tuvimos el almuerzo donde degustamos el arroz que en aquellas tierras se cultiva. Por la tarde visitamos en Museo Salzillo, en la ciudad de Murcia, donde disfrutamos contemplando aquellas obras singulares de la imaginería barroca española. Todos quedamos admirados de la hondura y expresividad de aquellas sagradas imágenes. Acabamos nuestro día en el hotel que se encontraba en la Manga del Mar Menor.
El día central de nuestra peregrinación fue el sábado día 23, donde temprano viajamos a la localidad de Caravaca de la Cruz. Celebramos la Eucaristía en la explanada del Santuario, junto a cuatro mil personas. Al termino de ésta, rezamos las preces jubilares, rogando por el Santo Padre, y pudimos venerar la reliquia de la Vera Cruz en el interior del Santuario.
El domingo visitamos la ciudad de Cartagena, una de las más antiguas de España. Tras la visita guiada por el puerto, las ruinas  romanas de la antigua Catargo Nova y los edificios más significativos del modernismo; celebramos la eucaristía en la Parroquia de Santo Domingo, donde fuimos acogidos gratamente por los sacerdotes. Después nos trasladamos a la capital de la región para tener el almuerzo.
Para terminar la peregrinación visitamos el Santuario de la Fuensanta, donde cantamos la Salve y encomendamos los frutos de esta peregrinación a la Madre de Dios. Después iniciamos el viaje de regreso hasta nuestro pueblo.
Damos gracias a Dios por estos días de convivencia, por haber transcurrido sin ningún incidente y sobre todo por  el don de la indulgencia jubilar. 

Fermín Peiró.

martes, 19 de octubre de 2010

El Santo Padre llega a España.

Fuente original
El papa Benedicto XVI visitará de nuevo España en noviembre. El Sumo pontífice acudirá a Santiago de Compostela el día 6 y a Barcelona el día 7. Será su segunda visita a España, tras la de 2006 en Valencia.

Opus Dei - ABC
ABC
El Papa visitará Santiago de Compostela en ocasión de la celebración del Año Jubilar o Año Xacobeo, que celebra esta archidiócesis cada vez que el 25 de julio, día de Santiago el Apóstol, cae domingo.

También estará en Barcelona el 7 de noviembre con motivo de la consagración del templo de la Sagrada Familia, obra del célebre arquitecto Antonio Gaudi. 

Opus Dei - Benedicto XVI
Benedicto XVI

Visita 2.0 a España
La Conferencia Episcopal Española ha puesto en marcha de una página web oficial (www.visitadelpapa2010.org) para seguir el viaje papal. Igualmente podrá hacerse mediante las redes de Facebook Twitter (@visita_b16).

Opus Dei - En www.visitadelpapa2010.org se podrá ver en directo el viaje papal
En www.visitadelpapa2010.org se podrá ver en directo el viaje papal
En la página oficial, que se puede consultar en español, italiano, inglés y francés, está disponible el programa de esta visita, la biografía de Benedicto XVI, detalles de otros viajes del Papa a España y datos de la Iglesia en España.

lunes, 18 de octubre de 2010

La importancia de Orar.

Don Fermín, nos recuerda a todos, en esta ocasión, la importancia de la oración, nos puso dos buenos ejemplos de esto, por un lado, la parábola del juez injusto tal y como se la dijo Jesús a sus discípulos:

"En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. También había en aquella ciudad una viuda, que acudía a él diciendo: Hazme justicia ante mi adversario. Y durante mucho tiempo no quería. Sin embargo al final se dijo a sí mismo: aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, ya que esta viuda está molestándome, le haré justicia, para que no siga viniendo a importunarme. Concluyó el Señor: Prestad atención a lo que dice el juez injusto. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos que claman a El día y noche, y les hará esperar? Os aseguro que les hará justicia sin tardanza. ¿Pero cuando venga el Hijo del Hombre, acaso encontrará fe sobre la tierra?".

Jesús ante la falta de fe
La interrogación final deja en suspenso los ánimos de los discípulos. Se transparenta el dolor en el corazón de Jesús por la falta de fe en entre los hombres. La oración es el acto de fe del que no ve, y al creer confía en Dios. Por eso reza sin interrupción, sin desanimarse.

Igual que la viuda, no dejo jamas de insistir para que el juez la escuchara, nosotros debemos de insistir en hablar a dios por medio de la oración; y no solo en los malos momentos, que aunque no es malo, es aun mejor rezar a diario, para que nuestro señor sepa que siempre estamos con el. Don Fermín, uso aquel viejo refrán "Nos acordamos de Santa Barbara cuando truena" para hacernos ver que hay que recordar la oración mas a menudo, pues Dios siempre escuchara nuestras suplicas, y recibiremos justicia ¡¡SEGURO!!.

Nos puso también el ejemplo de los hechos de la guerra entre Israel y los Amalecitas donde la oración de Moisés, dio la victoria a Israel:

(Exodo 17,9)
Moisés dijo a Josué: «Elígete algunos hombres y marcha a pelear contra los amalecitas. Yo, por mi parte, estaré mañana en lo alto de la loma, con el bastón de Dios en mi mano.»
(Exodo 17,10)
Josué hizo como se lo ordenaba Moisés, y salió a pelear contra los amalecitas. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cumbre de la loma.
(Exodo 17,11)
Y sucedió que mientras Moisés tenía las manos arriba, se imponía Israel, pero cuando las bajaba, se imponían los amalecitas. 

jueves, 7 de octubre de 2010

Carta Pastoral de Mons. Juan Antonio Reig Pla

"No anteponer nada a Cristo" (Carta Pastoral de nuestro Obispo)

Carta Pastoral de Mons. Juan Antonio Reig Pla
OBISPO DE ALCALÁ DE HENARES
Image
"NO ANTEPONER NADA A CRISTO"

Alcalá de Henares, a 1 de septiembre de 2010, San Josué
Queridos hermanos sacerdotes, diáconos, religiosos y fieles laicos:
El comienzo de un nuevo curso pastoral es siempre una ocasión de Gracia, una llamada a la conversión, una nueva oportunidad que el Señor nos presenta para nuestro bien y el bien de aquellas personas que nos han sido confiadas. Tanto para ellas como para nosotros la respuesta a cuanto deseamos, sufrimos, anhelamos, etc., es Cristo. Por eso el horizonte de nuestra vida y el eje de nuestra misión es “no anteponer nada a Cristo”. Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida.
Al nombrar a Cristo no podemos separarlo de su Cuerpo: la Iglesia. La Iglesia es, en efecto, Cristo en medio de vosotros, esperanza de la gloria (Col 1, 27). Acceder a Cristo es encontrarse con la Iglesia; participar de la vida de la Iglesia es encontrarse con Cristo. Separar la cabeza del cuerpo, vivir al margen de Cristo nos conduciría a ser una organización puramente humana como otras. Toda nuestra esperanza está puesta en Cristo, quien vivifica a su cuerpo con el Espíritu Santo. Con su acción santificadora la Iglesia se va construyendo a imagen de la Trinidad (Cfr. Lumen gentium, 4).
La comunión en la Iglesia tiene un artífice: el Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo quien planta a la Iglesia en medio de nuestros pueblos y ciudades. Allí hace resonar la Palabra de Dios en cada templo y en cada casa. Es la Palabra inspirada, es el Verbo que toma carne en la Escritura y la Tradición, es el esposo que viene a unirse a nosotros en Alianza nueva y eterna. En la Eucaristía, memorial de la Pascua del Señor, todas las promesas hechas por Dios a su Pueblo se nos dan cumplidas en Cristo. La Iglesia, que vive de la Eucaristía, la carne de Cristo, es la morada de Dios entre los hombres, donde acontece el cielo, donde saboreamos la comunión con la Trinidad, la casa de los desvalidos llamados a ser hombres celestes, atravesados por la gloria de Dios tres veces santo.
Mirando las cosas de este modo tomamos conciencia de que somos “la respuesta” para esta generación. No hay otra respuesta que Cristo, la puerta que nos da acceso al redil: la Iglesia. Es en la Iglesia donde se puede vivir, la posada preparada para los pobres, el auténtico sacramento de la unidad de los hombres con Dios y entre sí (Cfr. Sacrosanctum Concilium, 26). Como María, la humilde de Nazaret, no podemos menos que abrirnos al Misterio, dejarnos abrazar por el Espíritu Santo, secundar su acción divina para que nuestra debilidad sea transformada por su omnipotencia. De ella aprendemos que todo tiene su inicio en la Gracia. Lo nuestro es acoger el don divino, seguir su inspiración y no resistirnos a sus dones. De esta manera también nosotros escucharemos las palabras consoladoras del ángel: ¡No temas! Para Dios no hay nada imposible (Lc 1, 37).
Puesta nuestra confianza en el Señor, os animo a comenzar con ilusión el nuevo curso. Como hombres de fe nuestro afán es servir a Cristo, acercar a los hombres a Cristo, mostrarles la belleza de Dios. Para adentrarnos en el misterio de Dios ya conocéis el camino: la humanidad de Cristo en la que se ha desvelado todo el misterio que celebramos a lo largo del Año litúrgico. La humanidad de Cristo, Sacramento del Padre, nos muestra los tesoros de la intimidad de Dios y, hecha sacerdocio, nos regala la salvación a través de los misterios santos que celebra la liturgia. En la liturgia está el manantial de la vida que corre por las acequias de la ciudad de Dios: la Iglesia.
Como el profeta hemos de gritar: ¡Venid sedientos! Bebed leche y vino sin pagar. Comed buenas tajadas (Cfr. Is 55, 1). ¡Gustad y ved que bueno es el Señor! La Iglesia, queridos hermanos, ha nacido del costado de Cristo para evangelizar, para llevar a Cristo a los corazones sedientos de amor y consuelo, para inyectar la savia divina en los sarmientos secos y unirlos a la vid (Cfr. Jn 15, 1).
Si esto es así no podemos continuar rutinariamente nuestra tarea. Necesitamos poner en pie nuestra Diócesis de Alcalá, sabernos misioneros en un mundo necesitado de Dios. Nuestros signos de identidad no pueden ser otros que la caridad que nos urge a entregar nuestras vidas y el celo por el Evangelio. Recordad las palabras del Señor: “He venido a traer fuego a la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendido!” (Lc 12, 49). Es el fuego del Espíritu, es la caridad que arde en nuestras almas y nos invita al don total, hasta la muerte.
No podemos olvidar, queridos hermanos, que nadie da lo que no tiene. Por eso, como nos ha recordado el Santo Padre a lo largo del Año Sacerdotal, la misión reclama la santidad. Santidad de los sacerdotes, de los diáconos, de los religiosos y religiosas, y de los fieles laicos. Esta palabra no nos puede sonar como algo abstracto. Santo sólo es Dios y la santidad en nosotros es participación en su vida. Para decirlo de una manera más concreta el Papa nos ha propuesto la figura del Cura de Ars: un hombre de Dios, que cree en Dios, que ama a Dios, que espera en Dios, que se entrega a sus hermanos por amor a Dios. Este es el secreto de la fecundidad de su ministerio sacerdotal: el amor a Dios, la caridad pastoral, el no anteponer nada a Cristo.
En este curso pastoral el redescubrir la Lectio divina nos ha de ayudar en el camino de la santidad. Para ello es necesario que dispongamos nuestro tiempo para adentrarnos en el tesoro de la Palabra de Dios y que nuestras parroquias sean verdaderas escuelas de oración. El modelo de referencia lo tenemos en la vida apostólica y en el discipulado de Jesús. Hoy como entonces necesitamos aprehender a Cristo, escuchar su Palabra, hacerla vida en nuestro corazón. Es en el corazón donde se hace vivo el misterio celebrado en la liturgia, es en el corazón donde se asienta la Palabra de vida, es hacia el corazón hacia donde debe ser dirigido todo el caudal del misterio creído, celebrado y hecho vida. La Iglesia-esposa, nosotros, como la Virgen María, necesitamos estar a la escucha de la Palabra, dejarnos transformar por ella, guardarla en el corazón (Cfr. Lc 2, 19). Estoy seguro de que ayudándonos los sacerdotes para la Lectio divina, fomentando la escucha de la Palabra en los arciprestazgos y guiando a los fieles en la misma Lectio, podemos ir generando una Iglesia que aprende a vivir de la Palabra y de la Eucaristía. Son los dos ejes sobre los que debe girar nuestra vida cristiana y por los que aprehendemos a Cristo, nuestra vida: la Palabra y los sacramentos, de manera particular la Eucaristía y la Penitencia.
En la misma dirección debería orientarse el itinerario de formación para niños, adolescentes y jóvenes. Todo lo que ellos tienen que aprender, como los adultos, es a Cristo. Y para ello hemos de acudir al camino por el que Él se ha dado a conocer: su Palabra y los misterios de la salvación. Los niños, en colaboración con sus familias y con los colegios, necesitan ser introducidos en la vida de la comunidad cristiana para conocer a Cristo, para celebrar los misterios santos y ser guiados en su vida cristiana. Entre todos hemos de hacer posibles estos itinerarios de fe que les conduzcan a discernir la llamada a seguir a Cristo en su propia vida. Para esta misión necesitamos catequistas, laicos con preparación adecuada. A ellos irán destinados, junto a los medios de formación preparados, por la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar (CEAS), los retiros diocesanos, un curso sobre la Palabra de Dios y la Lectio divina, el Instituto diocesano para laicos que comenzará sus clases a partir de enero (D.m.) y el Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre el matrimonio y la familia que abre de nuevo la matrícula para comenzar en octubre el primer curso y continuar el segundo con los alumnos del curso anterior.
Todo este trabajo debería verse acompañado por una atención particular a los novios, a los que se preparan a la celebración del matrimonio y a las familias ya constituidas; así como a las que se encuentran en situaciones difíciles o irregulares. La pastoral familiar es una dimensión de toda la pastoral de la Iglesia que en ningún momento puede ser descuidada.
Tanto para los jóvenes como para las familias, los encuentros mensuales de oración son un estímulo que contribuye a poner en evidencia que sin el trato con Jesucristo y la ayuda mutua no edificamos bien. Todos necesitamos de la oración y necesitamos vernos unos a otros como un pueblo que ora y deposita en Cristo toda su confianza, poniéndose a los pies del Santísimo sacramento: “Si el Señor no construye la casa, en vano se casan los albañiles” (Sal 126, 1).
La Jornada Mundial de la Juventud es una oportunidad espléndida para tomar conciencia de la catolicidad de la Iglesia. Unidos a jóvenes de los cinco continentes, nuestra diócesis de Alcalá está llamada a acoger a cuantos nos lo soliciten, a desplegar toda una red de voluntarios y a practicar la virtud de la hospitalidad cristiana. Con los jóvenes cada parroquia ha de prepararse para un encuentro con el sucesor de Pedro que viene a confirmarnos en la fe y a darnos una palabra que nos ilumine en el momento presente. También este acontecimiento de gracia hemos de vivirlo como una invitación a redescubrir la vida apostólica, el empuje misionero de la Iglesia que nace en Pentecostés. También hoy, con el fuego del Espíritu, hemos de ofrecer al mundo los signos de una comunidad que se reúne para escuchar la Palabra y la predicación apostólica, para la comunión, para la fracción del pan y para la oración (Cfr. Hch 2, 42).
No podemos pensar que los primeros cristianos vivían fuera de la realidad. Todo lo contrario. La comunidad cristiana que describe los Hechos de los Apóstoles es el exponente del auténtico realismo católico. Es el modo de construirse un pueblo llamado a ser luz, a ser levadura que fermenta la masa, sal que mantiene la auténtica dignidad del hombre. Este pueblo que da cuerpo a la Iglesia, que vive el misterio de la Alianza con Dios, que vive la comunión de los santos, que se alimenta de la Palabra, de la oración y de la Eucaristía, es la viña plantada por Dios que extiende sus ramas para abrazar al mundo: “Id al mundo entero y haced discípulos míos todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,19).
Si esto se hace verdad en nuestra vida, las familias cristianas permanecerán fieles en el amor y sabrán hacer de su comunión un espacio de la Trinidad, auténticas iglesias domésticas. Nuestros enfermos y mayores serán acogidos. Los pobres tendrán una casa donde vivir: la comunidad cristiana que, enriquecida con la Eucaristía, sabe compartir sus bienes.
Cuando en España las palabras más repetidas son “la crisis económica”, nuestras parroquias deben seguir abriendo sus puertas y hacerse creíbles con la caridad, dando razón de nuestra esperanza (Cfr. 1P 3, 15) y siendo solidarios con los sufrimientos de nuestros hermanos más pobres. Confiamos a las Cáritas parroquiales y a Cáritas diocesana la misión de despertar en nuestra diócesis el amor a los que sufren y las respuestas concretas a sus necesidades. Lo mismo cabe decir de Manos Unidas, de la Delegación de Misiones y de todas las instituciones que han nacido para el ejercicio de la caridad y el acompañamiento, como la Pastoral Penitenciaria.
Nosotros sabemos que detrás de la crisis económica se esconde una gran crisis moral, una crisis antropológica que, habiendo perdido el horizonte de Dios, condena al hombre a vivir sin sentido y con una libertad que, por no estar anclada en la verdad, le conduce a la deriva. Las respuestas que intentan darse desde el colectivismo, que no respeta la dignidad del individuo, y desde el liberalismo que olvida que la persona es un ser para la comunión con vocación de sociabilidad, no son más que reduccionismos antropológicos que están conduciendo a la persona a ser considerada simplemente como productor o consumidor. De ahí se deriva toda una cultura hedonista regida por la implacable ley del mercado y el creciente estatalismo que invade la intimidad de nuestras familias en el campo de la educación, en la concepción moral de la vida humana y en una cultura que se cierra a la trascendencia.
La potencia mediática, transmisora de la nueva cultura, invade nuestros hogares y se apodera de la imaginación de nuestros niños, de nuestros jóvenes y de los adultos. Su imaginario está lleno de representaciones y conceptos que les sitúan ante un mundo pagano lejos de Dios. Conseguir en estas circunstancias reconducir el deseo humano, orientarlo a Dios y despertar la afectividad por Cristo no resulta fácil. Así comprendemos el gran componente emotivo que está detrás de las conductas humanas. Al emotivismo provocado por los estímulos del consumo, de la moda, de los protagonistas de los mass-media, la banalización del amor, la exaltación del cuerpo y el miedo al sufrimiento, sólo se puede responder con un ideal y una belleza superiores que logre desde la fe impregnar el modo de vivir, de pensar, de  desear, de imaginar, etc. En definitiva la fe y la evangelización necesitan hacerse cultura, alcanzar la sensibilidad y las emociones de las personas, crear ámbitos en las parroquias, cofradías, movimientos, comunidades, conventos y monasterios en los que la vida cristiana cristalice y tome cuerpo hasta alcanzar el corazón de las personas. Es ahí donde está nuestro trabajo, el trabajo de las familias, de los catequistas y de los maestros y profesores católicos.
También aquí hemos de volver al principio: no anteponer nada a Cristo. Cristo es el más bello de los hombres (Cfr. Sal 44, 33), es el esplendor de la gloria del Padre. Lo cristiano, como perfección de lo humano, debe abarcar todas las dimensiones humanas y favorecer un modo de vivir específico, alternativo, abierto a integrar lo que de verdadero, bello y bueno se dé en la tradición y en la cultura actual. La iniciativa puesta en marcha con el Aula Cultural “Civitas Dei” es un pequeño intento que hemos de arropar entre todos;  promoviendo, además, otras iniciativas en los pueblos y ciudades de nuestra diócesis.
La crisis de sentido y de modo de vivir está propiciando las nuevas pobrezas de las que hablaba Juan Pablo II (Cfr. Novo Millennio Ineunte, 50). Los continuos divorcios, las carencias afectivas de los niños, el desconsuelo moral, el drama del aborto y el síndrome postaborto, las drogas, el alcoholismo, la sexualidad desordenada, la soledad de los hogares de una sola persona, la depresión, las adicciones, etc., están provocando una cantidad de sufrimiento que no encuentra salida ante el vacío de la vida interior, ante la pérdida del alma (Cfr. Caritas in veritate, 76).
La respuesta a estas nuevas pobrezas requiere, más allá de los servicios de Cáritas, la atención específica en los Centros de Orientación Familiar (COF). Nuestro COF Regina Familiae” está cumpliendo esta tarea a la que hemos de sumarnos todas las personas anunciando estos servicios y preparándonos en el Pontificio Instituto Juan Pablo II  para reforzar el personal voluntario que lo atiende y abrirlo a cuantas iniciativas preventivas, de acogida y terapéuticas sean posibles.
Si comenzamos diciendo que la respuesta a nuestras inquietudes era Cristo, presente en la Iglesia y hecho carne en la Eucaristía, no podemos concluir de otra manera. Para no perder de vista la realidad necesitamos la comunión de la Iglesia y la Eucaristía que nos construye como Pueblo, como una ciudad edificada sobre el monte. Fuera del hábitat de la Iglesia y de la iglesia doméstica se crea la ciudad del interés, de la burocratización, de la pérdida del rostro humano, del vacío sólo remediado por estímulos y ficciones que no sacian el corazón.
El Señor decía: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt 11, 28). Para continuar aliviando el sufrimiento de nuestros hermanos necesitamos una Iglesia fiel a Cristo y lúcida para detectar las auténticas necesidades. Para ello es necesario revitalizar nuestras parroquias, nuestras familias cristianas y nuestros seminarios. El Seminario menor que hemos reanudado con la gracia de Dios y el seminario mayor, son la niña de nuestros ojos. Allí se va gestando gran parte del presente y el futuro de nuestra diócesis que necesita consolidarse con un presbiterio que eche raíces en nuestra tierra.
Confiamos este nuevo curso a la asistencia maternal de la Virgen María, reina de los apóstoles. También suplicamos la intercesión de los Santos Niños Justo y Pastor para que nos contagien su intrepidez a la hora de confesar nuestra fe.
Un abrazo a todos mis queridos sacerdotes, religiosos, seminaristas, familias cristianas y cuantos colaboráis en la pastoral de la Diócesis Complutense.
Con mi bendición.
+ Juan Antonio Reig Pla
Obispo Complutense