Parroquia de San Martín Obispo, 28511 Valdilecha, Madrid Situación en el MAPA

jueves, 30 de septiembre de 2010

Viaje Apostólico de Su Santidad BENEDICTO XVI A Santiago de Compostela Y Barcelona (6 - 7 NOVIEMBRE 2010)

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Sábado, 6 de noviembre de 2010 Roma
08.30 Salida en avión desde el Aeropuerto de Roma-Fiumicino rumbo a Santiago de Compostela.
        Santiago de Compostela
11.30  Llegada al Aeropuerto Internacional de Santiago de Compostela.
CEREMONIA DE BIENVENIDA en el Aeropuerto Internacional de Santiago de Compostela. Discurso del Santo Padre.

ENCUENTRO PRIVADO CON SUS ALTEZAS REALES LOS PRÍNCIPES DE ASTURIAS en la Sala de Autoridades del Aeropuerto Internacional de Santiago de Compostela.
13.00 VISITA A LA CATEDRAL de Santiago de Compostela. Saludo del Santo Padre.
13.45  Almuerzo con los Cardenales españoles, con los Miembros del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española y con el Séquito Papal en el Arzobispado de Santiago de Compostela.
16.30 SANTA MISA en ocasión del Año Jubilar Compostelano en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela. Homilía del Santo Padre.
19.15  Salida en avión desde el Aeropuerto Internacional de Santiago de Compostela rumbo a Barcelona.
Domingo, 7 de noviembre de 2010     
Barcelona
09.30 ENCUENTRO PRIVADO CON SS.MM. LOS REYES DE ESPAÑA en la Sala Museo de la Iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona.
10.00 SANTA MISA dedicada al Altar y a la Iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona. Homilía del Santo Padre.
RECITACIÓN DEL ANGELUS DOMINI en la Plaza de la Iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona. Palabra del Santo Padre.
13.00 Almuerzo con los Cardenales y Obispos presentes y con el Séquito Papal en el Arzobispado de Barcelona.
16.30 Despedida del Arzobispado de Barcelona.
17.15  VISITA A LA’”OBRA BENEFICO-SOCIAL NEN DÉU” de Barcelona. Saludo del Santo Padre.
18.30 CEREMONIA DE DESPEDIDA en el Aeropuerto Internacional de Barcelona. Discurso del Santo Padre.
19.15  Salida en avión del Aeropuerto Internacional de Barcelona rumbo a Roma.
        Roma
20.55 Llegada al Aeropuerto de Roma-Ciampino.
Uso horario
Roma y España: + 1 UTC

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Carrera hasta el Santuario de Torreciudad (500 km)

El seleccionador nacional de fútbol, Vicente del Bosque, será quien dé la salida de la carrera de los 500 kms. relevos el próximo jueves 30 de septiembre a las 10:30 a.m. La F.E.F. ha querido estar también presente a través de su portavoz, Jorge Carretero, antiguo socio del Club Deportivo. Asímismo, la campeona del mundo de 1.500 m.l., Nuria Fernández, ha confirmado su presencia.
La participación en esta XVª edición -más de 1.100 personas han confirmado- se ha incrementado respecto a la de 2009 en más de 200 personas. De hecho, a las 21:30 del primer día ya habrán corrido 560 personas. Ese día participan diez colegios. A lo largo de los 500 kms. decenas de familias, atraídas por el lema de la carrera (El deporte hace familia), participan en los relevos. El laureado atleta Fermín Cacho correrá con sus hijas el relevo que pasa por Ágreda, localidad natal de este laureado atleta (viernes 1 a las 10:20 km. 260).
La carrera dura 48 horas ininterrumpidas. Cada relevo es de 10 kms. y se completa en una media de 50 minutos: “al ser una carrera popular donde participan muchos aficionados, el ritmo no es fuerte”, señala Lázaro Linares, organizador de la misma. Para los relevos de la primera noche se cuenta con atletas del Club Deportivo y del equipo de atletismo portugués. Los de la segunda noche se recorren por la provincia de Huesca y en ellos participan muchas familias.
Los 15 últimos relevos son recorridos por decenas de familias. El tiempo previsto será de nubes y claros y sólo habrá un ligero riesgo de precipitaciones débiles en la meta. Las temperaturas serán muy propicias para la práctica del deporte. Salvo los 8ºC de la primera noche, lo normal es que los atletas corran con unas temperaturas que oscilen entre los 15º y los 25º C.

Fuente original Colegio Tajamar.

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martes, 21 de septiembre de 2010

Encuentro con exponentes de la sociedad civil, del mundo académico, cultural y empresarial, con el Cuerpo Diplomático y con líderes religiosos en el Westminster Hall (City of Westminster, 17 de septiembre de 2010)

17 de septiembre de 2010
vatican.va

DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
Fuente: Opus Dei

Westminster Hall - City of Westminster
Viernes 17 de septiembre de 2010



Señor Orador:

Gracias por sus palabras de bienvenida en nombre de esta distinguida asamblea. Al dirigirme a ustedes, soy consciente del gran privilegio que se me ha concedido de poder hablar al pueblo británico y a sus representantes en Westminster Hall, un edificio de significación única en la historia civil y política del pueblo de estas islas. Permítanme expresar igualmente mi estima por el Parlamento, presente en este lugar desde hace siglos y que ha tenido una profunda influencia en el desarrollo de los gobiernos democráticos entre las naciones, especialmente en la Commonwealth y en el mundo de habla inglesa en general. Vuestra tradición jurídica —“common law”— sirve de base a los sistemas legales de muchos lugares del mundo, y vuestra visión particular de los respectivos derechos y deberes del Estado y de las personas, así como de la separación de poderes, siguen inspirando a muchos en todo el mundo.

Al hablarles en este histórico lugar, pienso en los innumerables hombres y mujeres que durante siglos han participado en los memorables acontecimientos vividos entre estos muros y que han determinado las vidas de muchas generaciones de británicos y de otras muchas personas. En particular, quisiera recordar la figura de Santo Tomás Moro, el gran erudito inglés y hombre de Estado, quien es admirado por creyentes y no creyentes por la integridad con la que fue fiel a su conciencia, incluso a costa de contrariar al soberano de quien era un “buen servidor”, pues eligió servir primero a Dios. El dilema que afrontó Moro en aquellos tiempos difíciles, la perenne cuestión de la relación entre lo que se debe al César y lo que se debe a Dios, me ofrece la oportunidad de reflexionar brevemente con ustedes sobre el lugar apropiado de las creencias religiosas en el proceso político.

La tradición parlamentaria de este país debe mucho al instinto nacional de moderación, al deseo de alcanzar un genuino equilibrio entre las legítimas reivindicaciones del gobierno y los derechos de quienes están sujetos a él. Mientras se han dado pasos decisivos en muchos momentos de vuestra historia para delimitar el ejercicio del poder, las instituciones políticas de la nación se han podido desarrollar con un notable grado de estabilidad. En este proceso, Gran Bretaña se ha configurado como una democracia pluralista que valora enormemente la libertad de expresión, la libertad de afiliación política y el respeto por el papel de la ley, con un profundo sentido de los derechos y deberes individuales, y de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Si bien con otro lenguaje, la Doctrina Social de la Iglesia tiene mucho en común con dicha perspectiva, en su preocupación primordial por la protección de la dignidad única de toda persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, y en su énfasis en los deberes de la autoridad civil para la promoción del bien común.

Con todo, las cuestiones fundamentales en juego en la causa de Tomás Moro continúan presentándose hoy en términos que varían según las nuevas condiciones sociales. Cada generación, al tratar de progresar en el bien común, debe replantearse: ¿Qué exigencias pueden imponer los gobiernos a los ciudadanos de manera razonable? Y ¿qué alcance pueden tener? ¿En nombre de qué autoridad pueden resolverse los dilemas morales? Estas cuestiones nos conducen directamente a la fundamentación ética de la vida civil. Si los principios éticos que sostienen el proceso democrático no se rigen por nada más sólido que el mero consenso social, entonces este proceso se presenta evidentemente frágil. Aquí reside el verdadero desafío para la democracia.

La reciente crisis financiera global ha mostrado claramente la inadecuación de soluciones pragmáticas y a corto plazo relativas a complejos problemas sociales y éticos. Es opinión ampliamente compartida que la falta de una base ética sólida en la actividad económica ha contribuido a agravar las dificultades que ahora están padeciendo millones de personas en todo el mundo. Ya que “toda decisión económica tiene consecuencias de carácter moral” (Caritas in veritate, 37), igualmente en el campo político, la dimensión ética de la política tiene consecuencias de tal alcance que ningún gobierno puede permitirse ignorar. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en uno de los logros particularmente notables del Parlamento Británico: la abolición del tráfico de esclavos. La campaña que condujo a promulgar este hito legislativo estaba edificada sobre firmes principios éticos, enraizados en la ley natural, y brindó una contribución a la civilización de la cual esta nación puede estar orgullosa.

Así que, el punto central de esta cuestión es el siguiente: ¿Dónde se encuentra la fundamentación ética de las deliberaciones políticas? La tradición católica mantiene que las normas objetivas para una acción justa de gobierno son accesibles a la razón, prescindiendo del contenido de la revelación. En este sentido, el papel de la religión en el debate político no es tanto proporcionar dichas normas, como si no pudieran conocerlas los no creyentes. Menos aún proponer soluciones políticas concretas, algo que está totalmente fuera de la competencia de la religión. Su papel consiste más bien en ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos. Este papel “corrector” de la religión respecto a la razón no siempre ha sido bienvenido, en parte debido a expresiones deformadas de la religión, tales como el sectarismo y el fundamentalismo, que pueden ser percibidas como generadoras de serios problemas sociales. Y a su vez, dichas distorsiones de la religión surgen cuando se presta una atención insuficiente al papel purificador y vertebrador de la razón respecto a la religión. Se trata de un proceso en doble sentido. Sin la ayuda correctora de la religión, la razón puede ser también presa de distorsiones, como cuando es manipulada por las ideologías o se aplica de forma parcial en detrimento de la consideración plena de la dignidad de la persona humana. Después de todo, dicho abuso de la razón fue lo que provocó la trata de esclavos en primer lugar y otros muchos males sociales, en particular la difusión de las ideologías totalitarias del siglo XX. Por eso deseo indicar que el mundo de la razón y el mundo de la fe —el mundo de la racionalidad secular y el mundo de las creencias religiosas— necesitan uno de otro y no deberían tener miedo de entablar un diálogo profundo y continuo, por el bien de nuestra civilización.

En otras palabras, la religión no es un problema que los legisladores deban solucionar, sino una contribución vital al debate nacional. Desde este punto de vista, no puedo menos que manifestar mi preocupación por la creciente marginación de la religión, especialmente del cristianismo, en algunas partes, incluso en naciones que otorgan un gran énfasis a la tolerancia. Hay algunos que desean que la voz de la religión se silencie, o al menos que se relegue a la esfera meramente privada. Hay quienes esgrimen que la celebración pública de fiestas como la Navidad deberían suprimirse según la discutible convicción de que ésta ofende a los miembros de otras religiones o de ninguna. Y hay otros que sostienen —paradójicamente con la intención de suprimir la discriminación— que a los cristianos que desempeñan un papel público se les debería pedir a veces que actuaran contra su conciencia. Éstos son signos preocupantes de un fracaso en el aprecio no sólo de los derechos de los creyentes a la libertad de conciencia y a la libertad religiosa, sino también del legítimo papel de la religión en la vida pública. Quisiera invitar a todos ustedes, por tanto, en sus respectivos campos de influencia, a buscar medios de promoción y fomento del diálogo entre fe y razón en todos los ámbitos de la vida nacional.

Vuestra disposición a actuar así ya está implícita en la invitación sin precedentes que se me ha brindado hoy. Y se ve reflejada en la preocupación en diversos ámbitos en los que vuestro gobierno trabaja con la Santa Sede. En el ámbito de la paz, ha habido conversaciones para la elaboración de un tratado internacional sobre el comercio de armas; respecto a los derechos humanos, la Santa Sede y el Reino Unido se han congratulado por la difusión de la democracia, especialmente en los últimos sesenta y cinco años; en el campo del desarrollo, se ha colaborado en la reducción de la deuda, en el comercio justo y en la ayuda al desarrollo, especialmente a través del International Finance Facility, del International Immunization Bond, y del Advanced Market Commitment. Igualmente, la Santa Sede tiene interés en colaborar con el Reino Unido en la búsqueda de nuevas vías de promoción de la responsabilidad medioambiental, en beneficio de todos.

Observo asimismo que el Gobierno actual compromete al Reino Unido a asignar el 0,7% de la renta nacional a la ayuda al desarrollo hasta el año 2013. En los últimos años, ha sido alentador percibir signos positivos de un crecimiento mundial de la solidaridad hacia los pobres. Sin embargo, para concretar esta solidaridad en acciones eficaces se requieren nuevas ideas que mejoren las condiciones de vida en muchas áreas importantes, tales como la producción de alimentos, el agua potable, la creación de empleo, la educación, el apoyo a las familias, sobre todo emigrantes, y la atención sanitaria básica. Donde hay vidas humanas de por medio, el tiempo es siempre limitado: el mundo ha sido también testigo de los ingentes recursos que los gobiernos pueden emplear en el rescate de instituciones financieras consideradas “demasiado grandes para que fracasen”. Desde luego, el desarrollo humano integral de los pueblos del mundo no es menos importante. He aquí una empresa digna de la atención mundial, que es en verdad “demasiado grande para que fracase”.

Esta visión general de la cooperación reciente entre el Reino Unido y la Santa Sede muestra cuánto progreso se ha realizado en los años transcurridos desde el establecimiento de relaciones diplomáticas bilaterales, promoviendo en todo el mundo los muchos valores fundamentales que compartimos. Confío y rezo para que esta relación continúe dando frutos y que se refleje en una creciente aceptación de la necesidad de diálogo y de respeto en todos los niveles de la sociedad entre el mundo de la razón y el mundo de la fe. Estoy convencido de que, también dentro de este país, hay muchas áreas en las que la Iglesia y las autoridades públicas pueden trabajar conjuntamente por el bien de los ciudadanos, en consonancia con la histórica costumbre de este Parlamento de invocar la asistencia del Espíritu sobre quienes buscan mejorar las condiciones de toda la humanidad. Para que dicha cooperación sea posible, las entidades religiosas —incluidas las instituciones vinculadas a la Iglesia católica— necesitan tener libertad de actuación conforme a sus propios principios y convicciones específicas basadas en la fe y el magisterio oficial de la Iglesia. Así se garantizarán derechos fundamentales como la libertad religiosa, la libertad de conciencia y la libertad de asociación. Los ángeles que nos contemplan desde el espléndido cielo de este antiguo salón nos recuerdan la larga tradición en la que la democracia parlamentaria británica se ha desarrollado. Nos recuerdan que Dios vela constantemente para guiarnos y protegernos; y, a su vez, nos invitan a reconocer la contribución vital que la religión ha brindado y puede seguir brindando a la vida de la nación.

Señor Orador, le agradezco una vez más la oportunidad que me ha brindado de poder dirigirme brevemente a esta distinguida asamblea. Les aseguro mis mejores deseos y mis oraciones por ustedes y por los fructuosos trabajos de las dos Cámaras de este antiguo Parlamento. Gracias y que les Dios bendiga a todos ustedes.


domingo, 19 de septiembre de 2010

Subida del Cristo del Amparo.

En este domingo en Valdilecha, a las seis de la tarde, se puso en marcha, la procesión del Cristo del Amparo. Abandonando la Iglesia de San Martín Obispo, que le ha dado cobijo, desde el día de ayer, y donde esta mañana a las 12:00 se celebro la Santa misa en su honor. En la homilía, Don Fermín, nos hablo de la entrega de nuestro señor Jesucristo, recordándonos como realizo el mas grande de los sacrificios para regalarnos la salvación.
Nos exhorto a todos, a recordar en cada momento de nuestra vida el sacrificio de Cristo, y sobre todo a hacer como el, "hay que dar sin esperar recibir" nos dijo, "porque el que, da recibirá sin esperarlo".

 La procesión discurrió por el pueblo, acompañado por una buena comitiva de feligreses y miembros de las cuatro hermandades del pueblo. Realizo una parada en la Ermita de la Virgen de la Oliva, para encontrarse con su madre,continuando posteriormente  hasta su propia Ermita, donde permanecerá hasta el año que viene.



Bajada del Cristo del Amparo.

A las 19:30 horas del Sábado 18 de Septiembre, el Cristo del Amparo; fue sacado en procesión desde la Ermita que lleva su mismo nombre, hasta la Iglesia Parroquial de San Martín Obispo; recorriendo las calles de Valdilecha.
Una vez en la iglesia, se procedió a celebrar la Santa misa.
Durante la ceremonia, el Cristo del Amparo, presidio en un lugar de honor todo lo acontecido en el templo.
En un ambiente de hermandad, todos los asistentes pudimos disfrutar de estos momentos de oración, junto a dos de las imágenes de Cristo Crucificado, mas hermosas que jamas he visto.
Don Fermin, Párroco de Valdilecha, nos recordó en la homilía, la importancia de la fe sincera, y sobre todo del valor del arrepentimiento, con la parábola del Administrador Astuto:

 
Lucas 16, 1-8
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Era un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; le llamó y le dijo: "¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando." Se dijo a sí mismo el administrador: "¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas." Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: "¿Cuánto debes a mi señor?" Respondió: "Cien medidas de aceite." Él le dijo: "Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta." Después dijo a otro: "Tú, ¿cuánto debes?" Contestó: "Cien cargas de trigo." Dícele: "Toma tu recibo y escribe ochenta." El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz.

Reflexión:

El administrador de la parábola había abusado de la confianza de su amo subiendo los precios en beneficio propio. Ante las quejas de los clientes y la amenaza de despido, recapacita, aunque sólo sea por conveniencia, y renuncia a su propio beneficio, pidiendo lo justo a los clientes.

Ante esta situación, nosotros pensamos que ese administrador, aunque haya cambiado de actitud, no es de fiar. En cambio, para Jesucristo tiene más valor el cambio de comportamiento que el pecado. Él conoce nuestras caídas, pero basta un sincero arrepentimiento y que le pidamos perdón, para que nos devuelva su confianza y se sienta orgulloso de nosotros, como el amo de la parábola con su administrador.

A la vez Jesús nos invita y exhorta a ser sagaces. Esta cualidad debe ser expresión de la caridad cristiana. La astucia, relacionada siempre con el maligno, significa fingir, mentir, engañar, para lograr lo que queremos. En cambio, la virtud humana de la sagacidad consiste en la habilidad para encontrar los medios justos y más eficaces para alcanzar un objetivo, como puede ser vivir nuestra fe y amor a Dios.

Llama la atención ver cómo algunos son muy capaces de obtener lo que se proponen en el ámbito del trabajo, de la familia o con las amistades. En cambio se comportan con temor y se sienten impotentes a la hora de hablar de Jesucristo y de su doctrina, o de hacer algo por la construcción de la civilización de la justicia y del amor cristianos. Si para nosotros, Cristo fuera, de verdad, el valor más importante, ¿no deberíamos comportarnos con más sagacidad?

jueves, 9 de septiembre de 2010

Virgen llegando a la Ermita


Virgen llegando a la Ermita, originalmente cargada por Tony Buendia.
La ermita es el lugar en el que nuestra señora habita durante todo el año, exceptuando el día de su fiesta patronal, en el que ha pasado la noche en la Iglesia de San Martín Obispo.
Seguidamente, los vecinos del madrileño pueblo de Valdilecha vuelven nuevamente a acompañarla a su Ermita, donde vivirá durante todo el año esperando nuevamente a que sus fieles la acompañen de nuevo en su procesión anual por el pueblo.