El día de Pentecostés los apóstoles y discípulos se encontraban reunidos junto a la Virgen. Estaban temerosos, no entendían lo que había pasado, creyendo que todo había sido en balde; se encontraban tristes. De repente, descendió el Espíritu Santo sobre ellos; quedaron transformados, y a partir de ese momento entendieron todo lo que había sucedido, dejaron de tener miedo, se lanzaron a predicar y a bautizar. La Confirmación es “nuestro Pentecostés personal”. El Espíritu Santo está actuando continuamente sobre la Iglesia de modos muy diversos. La Confirmación, al descender el Espíritu Santo sobre nosotros, es una de las formas en que Él se hace presente al pueblo de Dios.
Por tanto podemos afirmar, que la Confirmación, es un escalón mas en la escalera que nos lleva a la salvación; un paso mas en nuestro camino hacia Dios, y también una afirmación en nuestra conciencia humana, que nos hará mejores personas, dignas de nuestra fe.
El pasado domingo, pudimos todos ser testigos de la confirmación de algunos de nuestros vecinos, y es este, motivo de alegría para todos, pues compartimos con ellos el gozo de ese momento especial, en que reciben el Espíritu Santo.