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lunes, 18 de octubre de 2010

La importancia de Orar.

Don Fermín, nos recuerda a todos, en esta ocasión, la importancia de la oración, nos puso dos buenos ejemplos de esto, por un lado, la parábola del juez injusto tal y como se la dijo Jesús a sus discípulos:

"En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. También había en aquella ciudad una viuda, que acudía a él diciendo: Hazme justicia ante mi adversario. Y durante mucho tiempo no quería. Sin embargo al final se dijo a sí mismo: aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, ya que esta viuda está molestándome, le haré justicia, para que no siga viniendo a importunarme. Concluyó el Señor: Prestad atención a lo que dice el juez injusto. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus elegidos que claman a El día y noche, y les hará esperar? Os aseguro que les hará justicia sin tardanza. ¿Pero cuando venga el Hijo del Hombre, acaso encontrará fe sobre la tierra?".

Jesús ante la falta de fe
La interrogación final deja en suspenso los ánimos de los discípulos. Se transparenta el dolor en el corazón de Jesús por la falta de fe en entre los hombres. La oración es el acto de fe del que no ve, y al creer confía en Dios. Por eso reza sin interrupción, sin desanimarse.

Igual que la viuda, no dejo jamas de insistir para que el juez la escuchara, nosotros debemos de insistir en hablar a dios por medio de la oración; y no solo en los malos momentos, que aunque no es malo, es aun mejor rezar a diario, para que nuestro señor sepa que siempre estamos con el. Don Fermín, uso aquel viejo refrán "Nos acordamos de Santa Barbara cuando truena" para hacernos ver que hay que recordar la oración mas a menudo, pues Dios siempre escuchara nuestras suplicas, y recibiremos justicia ¡¡SEGURO!!.

Nos puso también el ejemplo de los hechos de la guerra entre Israel y los Amalecitas donde la oración de Moisés, dio la victoria a Israel:

(Exodo 17,9)
Moisés dijo a Josué: «Elígete algunos hombres y marcha a pelear contra los amalecitas. Yo, por mi parte, estaré mañana en lo alto de la loma, con el bastón de Dios en mi mano.»
(Exodo 17,10)
Josué hizo como se lo ordenaba Moisés, y salió a pelear contra los amalecitas. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cumbre de la loma.
(Exodo 17,11)
Y sucedió que mientras Moisés tenía las manos arriba, se imponía Israel, pero cuando las bajaba, se imponían los amalecitas.