Parroquia de San Martín Obispo, 28511 Valdilecha, Madrid Situación en el MAPA

miércoles, 9 de febrero de 2011

Noticias del Obispado de Alcalá de Henares

En la web del Obispado, podemos encontrar un interesante artículo sobre el homenaje a Casilda Martínez Plaza. Aquí os dejo dicho artículo para que podáis disfrutar de el, aprovechando, para dar mi más sincero agradecimiento, a todos los que han colaborado para que pudiera llevarse a cabo, esta pequeña muestra de agradecimiento.


Homenaje a Casilda Martínez Plaza, sacristana de Valdilecha



Casilda, una vida de servicio a la Iglesia


El domingo 6 de febrero en Valdilecha, en su iglesia parroquial de San Martín Obispo, se celebró una eucaristía de acción de gracias por Casilda Martínez Plaza, que durante más de 30 años ha desarrollado en esa parroquia, de forma abnegada y eficaz, labores de sacristana. Estuvo presidida la celebración por el obispo de Alcalá, D. Juan Antonio Reig Plá, por el párroco de la localidad, D. Fermín Peiró Manzanares, y el diácono D. Fernando Martínez Sabroso. Fue un acto cordial, entrañable, solemne en medio de su sencillez, y que llenó de gozo a todos los asistentes. Un acto profundamente cristiano, donde quedó clara la acción magnificadora de Dios en aquellos que obedecen a su llamada. La eucaristía respondía así, de manera plena, a su nombre, porque la palabra “agradecimiento” fue una constante tanto en la homilía, como en los textos que algunos miembros de la comunidad leyeron al fin de la misa. El obispo en su homilía comenzó por dejar constancia de la importancia de estas celebraciones aparentemente intrascendentes, de los “medios pobres” de que se vale Dios, y de los testimonios individuales que no interesan a los grandes medios de comunicación, pero que son expresión de la auténtica vida de la iglesia y de la presencia de Dios en medio de su pueblo; resaltó luego la permanente llamada a los cristianos a ser sal de la tierra y luz del mundo y a poner en práctica las obras de misericordia, a sabiendas siempre de haber recibido como don de Dios todas nuestras particulares capacidades; orientó también sus palabras hacia el caso concreto que se celebraba, agradeció a Casilda su servicio eclesial, y entabló a este propósito un amable diálogo con los niños (“¿Quién es Casilda, niños?”, preguntó; y uno contestó con toda su ingenuidad: “La que toca las campanas”). El coro de la parroquia acompañó con su brillante actuación la ceremonia. La guitarra puso música a la voz del salmista: “El justo brilla como una luz”, en perfecto acuerdo con la ocasión. Antes de la despedida se le entregó a Casilda el texto de la bendición papal a su persona en reconocimiento a su dedicación, y se leyó una glosa de su figura y una expresión más de alabanza a su servicio modélico, textos que brotaron de la propia comunidad parroquial. Casilda respondió, a su vez, con una sincera declaración de agradecimiento a la iglesia y al obispo, y con la manifestación de sus motivaciones íntimas: Dios es quien la ha movido; su obra nace de la voluntad de cumplir con aquel mandamiento de “ayudar a la iglesia en sus necesidades”. Y el obispo, confesadamente emocionado, pronunció la bendición final. Pero la fiesta se prolongó un buen rato más en el salón parroquial, donde tras nuevas lecturas de gratitudes y parabienes y tras la proyección de un breve documental fotográfico sobre la vida de Casilda (“Todo lo he hecho por Ti”, era el oportuno leit-motiv de la melodía de acompañamiento), tuvo lugar un cordial ágape en el que no hubo más que rostros felices, amable conversación y alegría pascual en medio del tiempo ordinario.

Vicente Cristóbal












Fotos: Antonio Buendía. Con nuestro agradecimiento.